Juana Arias, viuda de Nieves Calderón, se constituye depositaria de 40 pesos que Leonardo Zabaleta, actuando como juez, tasó de costas en la mortuoria de su dicho esposo, los que no quieren ella y los herederos pagar por creerlo injusto, hasta que el punto se esclarezca. Da por fiador a José de los Angeles Bogarín. El dinero lo recibe de Agustín de la C. Solano, cuartelero del barrio Guadalupe