El Capitán Pedro González de Léon, demanda a su cuñado el Capitán José Antonio de Barros y Muro, por haber echado de las tierras de Santa Ana pertencientes a Josefa Pérez de Muro, suegra y madre de los litigantes, unas bestias mulares y caballares que allí tenía con permiso de la dueña. En noviembre del mismo año, despúes de un litigio muy activo en que toma parte también Josefá, las tres partes desisten del pleito y se impone una multa a quien intente moverlo.
