Domingo Rojas y Ponciano Zúñiga ejecutados por el Juez de Hacienda como fiadores de Pio Alvarado por deuda de $ 3.800 al Tesoro Universitario piden que por haber descubierto Alvarado una vereda al Castillo Viejo y héchose por esto acreedor a un premio que se le había ofrecido, se compense la cantidad que adeuda con el premio o que se remate tan sólo el cafetal del señor Alvarado que compró Zúñiga y que causó la deuda y que se libren de la ejecución los bienes de los patentes. Se ordena provisionalmente concretar la ejecución al cafetal cuya venta causó la deuda